¡Hazte un hueco para la beta de Little Big Planet Karting!




Si te gustaron tanto Little Big Planet 1 como su segunda parte, y además eres un amante de los karts, no puedes perderte esta oportunidad de probar la beta del título que dentro de poco saldrá a la luz de la mano de los creadores de Modnation Racers, un original juego de carreras absolutamente personalizable al más puro estilo LBP. 




Si quieres ser uno de los afortunados en recibir una de las invitaciones de Sony para probar esta beta, sólo tienes que entrar en este enlace y el resto será cuestión de cruzar los dedos.

Os dejamos con el trailer oficial de Little Big Planet Karting. ¡Que lo disfrutéis!



Interpretaciones virtuales


Desde que a finales del siglo pasado, en la que fue la mejor época de PS1, concretamente en 1998, el actor Bruce Willis ofreciese su rostro para darle vida al protagonista de aquella aventura de acción en tercera persona llamada Apocalipse, han sido numerosas las estrellas de cine que se han ido sumando a esta moda prestando sus derechos de imagen para encarnar a distintos personajes virtuales. En otras ocasiones estos actores se han limitado a doblar a estos héroes de videojuego, pero en cualquier caso, tanto unos como otros, no cabe duda que han aportado parte de su personalidad y de su calidad interpretativa en ellos. Repasemos los más icónicos.

En 2001, Rockstar se hizo con un buen elenco de estrellas de hollywood para doblar a los personajes más característicos de su clásico GTA III, como Michael Madsen o Tom Sizemore. Para GTA Vice City, Ray Liotta le puso el acento italoamericano al inolvidable Tommy Vercetti, mientras que Luis Guzman, Danny Trejo, Burt Reynolds, el fallecido Dennis Hopper e incluso la actriz porno Jenna Jameson completaban el resto del reparto.

También en 2001, Capcom estrenaba su saga de terror ambientada en el medievo japonés, Onimusha, con actores nipones de la talla de Takeshi Kaneshiro, el también fallecido Yusaku Matsuda -célebre por su papel de villano yakuza en la mítica Black Rain-, y el francés de origen español Jean Reno, cuya aparición se dio en la última de las entregas de la saga.

En la adaptación a videojuego del clásico film El Padrino, Electronic Arts gozó de los derechos de imagen de Marlon Brando y James Caan en los papels de Vito y Sonny Corleone respectivamente. El hijo pequeño del padrino, Michael Corleone, tuvo que conformarse dentro del juego con un rostro diferente al de Al Pacino, pues este, al contrario que sus antiguos compañeros de reparto, no cedió ni su rostro ni su voz para el mismo. Por el contrario, si lo hizo para la versión jugable de otra conocida película de gángsters, Scarface, otro sandbox que quiso explotar el éxito comercial de GTA, permitiéndonos manejar al cubano e irascible Tony Montana por las soleadas calles de Miami.

En títulos más recientes, por supuesto contamos con el ejemplo de L.A Noire, donde gran parte del equipo de actores de la serie Mad Men participaron ofreciendo su voz y su rostro para las geniales interpretaciones de las que hace gala el juego, destacando el papel de Aaron Staton como protagonista. Algunos actores de otras conocidas series de la televisión también tuvieron un pequeño papel en el juego, especialmente John Noble, ahora famoso por Fringe, que nos brindó al genial antagonista del título, Leland Monroe.

Para interpretar al guerrero sith en el Poder de la Fuerza y su secuela, LucasArts contó con la presencia de Sam Witwer, que si bien su nombre no era del todo conocido, dotó de gran personalidad al personaje gracias a su imponente físico, regalándonos un protagonista bastante memorable y que encajaba a la perfección dentro del universo Star Wars.
No corrió la misma suerte Vin Diesel, que protagonizó una suerte de sandbox ambientado en Barcelona, titulado Wheelman, cuya mediocre calidad le hizo pasar desapercibido entre público y crítica.

El sandbox de THQ y Volition, Saint´s Row The Third, también contó con un interesante catálogo de famosos para los personajes de su alocado juego. De nuevo Burt Reynolds como sí mismo, Hulk Hogan como Angel de la Muerte, Daniel Dae Kim -conocido por la serie Lost- como Johnnie Gat, y la tambien porno-star Sasha Gray como una de las malvadas gemelas.

Para Mass Effect, Bioware no escatimó en super estrellas, con Megan Fox, Carrie Ann Moss, Martin Sheen como el Hombre Ilusorio y el modelo Mark Vanderloo como el comandante John Shepard en su versión masculina.

Por último, y porque los ejemplos son demasiados como para poder reunirlos todos aquí, también destacamos la reciente interpretación de James Mccaffrey como Max Payne, y el último fichaje de Quantic Dream, los creadores de Heavy Rain, para su último título, la aventura con tintes paranormales Beyond, que cuenta con la joven actriz Ellen Page como protagonista.

Tras repasar todos estos casos -insistiendo en que probablemente esté obviando muchos-, cabe reflexionar sobre la cada vez más delgada línea que existe entre el cine y los videojuegos, dos mundos en el que el segundo siempre ha ido a rebufo del primero, pero que, no obstante, parece que poco a poco se van difuminando los límites. Cuál pueda ser el resultado de esta fusión, de esta simbiosis virtual, solo el tiempo lo dirá, pero sin duda promete ofrecer en el futuro grandes réditos en términos de jugabilidad, inmersión y diversión.

Gráficos killed plataformas

Hace unos meses Shigeru Miyamoto, el que es considerado padre del videojuego moderno, fue galardonado con el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2012.

Shigeru Miyamoto


¿Por qué empezar por aquí y no ir directamente al grano del asunto? Pues bien, porque ya que hablamos de este gran diseñador de videojuegos nipón creador del videojuego, por no decir el título de plataformas por excelencia, Super Mario Bros, me sirve de enlace con el tema de esta entrada.


Y es que sí, los juegos de hoy en día cada vez, sino lo son ya, guardan más parecidos con una superproducción de hollywood o cualquier película bélica, en los que se premia el realismo y la capacidad, mediante la gran calidad gráfica, de transmitirte la sensación de estar viviendo la acción en tus propias carnes.

Todo esto está muy bien y era necesario dar este salto de calidad en el mundo de los videojuegos, pero ¿hasta qué punto? Es decir, si miramos hacia atrás veremos que el género que marcó un antes y un después en el mundillo consolero, el que nos hizo disfrutar como enanos, al menos yo lo hice con mi primera SNES, fue el de las plataformas.

Little Big Planet
Me gustaría encontrar hoy más de dos títulos que mantuviesen esa línea. Probablemente encontraría dos o tres, entre ellos, se me ocurren ahora mismo algunos como Little Big Planet, una excelente forma de mezclar plataformas, gráficos, libertad de acción y originalidad por un tubo en un mismo videojuego. A eso me refiero; los gráficos de última generación, y probablemente sea la penúltima esta generación de consolas en la que nos hallamos, no tienen por qué estar reñidos con un buen título de plataformas.


Es inevitable que lo nombre, pero Super Mario marcó un antes y un después en este género, de hecho, fue tan importante y tan revolucionaria su salida que en el momento en que Nintendo lanzó al mercado al fontanero, empezó a hacerse de oro y consiguió catapultarse hacia la cima.

Super Mario Bros
Llamadme nostálgico, pero estoy seguro de que a más de uno se le escapa una sonrisa cuando recuerda su niñez y sus tardes y días frente al televisor saltando y saltando encima de los koopas, rescatando princesas en castillos, que luego resultaban ser Toads, y pasándolo en grande con un videojuego sencillo a la par que muy adictivo.

A partir de entonces podríamos decir que comenzó la era de los plataformas. Casi todos los videojuegos mantenían esa línea, se trataba de ir saltando y saltando y de esa manera ir pasando niveles. Ejemplos de sagas como Donkey Kong Country, Crash Bandicoot, Jak&Daxter, Banjo - Kazooie, estos últimos ya empezaron a pasar por esa época de transición en la que los gráficos empezaban a pisar fuerte en Play Station y Nintendo 64, y es en ese momento, cuando también empezaron a desaparecer los videojuegos de plataformas.

Puede que resulte algo melancólico este post, pero simplemente es una manera de ver que la diversión de un videojuego no recae en la calidad de sus gráficos, sino la originalidad en el diseño del mismo. Ambas cosas son compatibles, pero muchas veces se tiende a pecar de realismo en lugar de apostar por la diversión.

La originalidad en los videojuegos, ese bien escaso

A día de hoy, no puedo evitar afirmar que el mundo de los videojuegos sufre una profunda crisis de identidad. Parece que el vertiginoso e inexorable avance de la tecnología colisiona frontalmente contra el cada vez más evidente estancamiento conceptual que sufren las grandes compañías del sector. Es decir, mientras la técnica goza de una continua evolución, las ideas sufren una continua involución, generando un gran vacío creativo, donde esa tecnología, en lugar de prestarse al servicio de nuevas y arriesgadas propuestas -tanto como la misma capacidad de esa tecnología lo pueda permitir-, se ve tristemente invertida en proyectos del todo continuistas y carentes de cualquier ápice de originalidad. Y creo que me sobran los ejemplos. El catálogo actual de videojuegos es una plétora de títulos cuyas secuelas no parecen encontrar fin, o peor aún, de premisas jugables explotadas hasta la saciedad y de géneros absolutamente agotados que, sin embargo, allí siguen, resistiendo gracias a un público conformista y casual, elemento aprovechado por los ¿creativos?, que sin duda tratan de exprimir la gallina de los huevos de oro hasta que no les quede hálito.

No sabría exactamenter a quien culpar si me preguntasen acerca de esta crisis de identidad entre los videojuegos, puesto que opino que tan culpables son los que pretenden vendernos año tras año los mismos juegos pero con distinto envoltorio, como aquellos que tan de buena gana los aceptan y los juegan sin tan siquiera plantearse la posibilidad de que podrían jugar a algo diferente.
En cualquier caso, no este un problema transitorio, sino más bien endémico, una rémora que se ha transformado en la dinámica habitual a la hora de plantear conceptualmente un videojuego. ¿Que algo ha tenido éxito? Lo copiamos y le ponemos otro nombre. ¿Que eso que hemos copiado también lo ha tenido? Hacemos todas las secuelas necesarias hasta que la gente los vomite. ¿Que hemos hecho un buen juego, aplaudido por la crítica, pero que sin embargo ha pasado desapercibido comercialmente? No hay problema, lo orientamos con calzador hacia aquello que el gran grueso de jugadores demande, traicionando sin remordimiento alguno a los fans tradicionales del título original, como es el caso de los próximos Dead Space 3 y Resident Evil 6, clásicos del survival horror devaluados en vulgares shooters.

Esta escasez de originalidad es un mal que ha afectado incluso a los más grandes a la hora de decantarse por una temática en la que enmarcar sus grandes lanzamientos. Sin ir más lejos, en la entrada anterior redacté un panegírico que proclamaba las virtudes de Rockstar, no obstante, la elección de retomar San Andreas (o más concretamente Los Santos) como el escenario de su próximo GTA V, se merece alguna que otra mirada escéptica, por mucho que luego debamos quitarnos el sombrero ante el prodigio de la técnica que probablemente sea. Y algo parecido perpetró Ubisoft eligiendo el contexto norteamericano para Assassins Creed III, descartando otras opciones notablemente más interesantes que el la ya manida y sobreexplotada ambientación yanqui. Yo personalmente me quedo con el anteriormente proscrito True Crime Hong Kong, rescatado y rebautizado como Sleeping Dogs por Square-Enix y United Front Games, y que concursa como una de las propuestas más frescas e interesantes entre los últimos lanzamientos anunciados.

Por otro lado, las apuestas más arriesgas generalmente carecen del presupuesto, de la inversión y de la aceptación necesaria como para que puedan hacerse un hueco entre semejante batalla, motivo por el cual, tristemente, muchos proyectos son abandonados o cancelados durante su desarrollo. Aquellos que, con algo de suerte llegan a la parrilla, siguen contando con una presencia demasiado discreta o anecdótica como para que alguien desee volver a inmiscuirse en una empresa tan poco rentable. Otras buenas ideas quedan, sin embargo, lastradas por la incapacidad de sus creativos de materializarlas jugablemente, resultando en numerosas ocasiones títulos sencillamente inaceptables por sus ínfimas cotas de calidad.

En definitiva, la cuestión de la originalidad puede parecer, a priori, un elemento accesorio mientras las compañías sigan brindándonos tecnológicamente grandes juegos, no obstante, pronto llegará el momento en el que comencemos a extrañar esas nuevas ideas que insuflen algo de vida al yermo y estéril paraje creativo en el que ha devenido, desde hace ya algunos años, el mundo del videojuego.

Battlefield 3: Armored Kill - "Mar Caspio" (clip demo)

En una entrevista con G4 que tuvo lugar durante la semana pasada en el E3, Patrick Bach, actual CEO de EA DICE, fue el encargado de mostrar el nuevo pack de expansión de Battlefield 3, que lleva por título Armored Kill. 


No saldrá a la luz hasta septiembre, pero si eres un fan de Battlefield, el vídeo que verás a continuación hará que tu corazón no pare de bombear, no sólo contará con seis vehículos nuevos que vendrán con la expansión, sino que también el pack incluye el mapa más grande en la historia Battlefield: el Mar Caspio


Battlefield 3 DLC Armored Kill E3 2012 gameplay demo

El síndrome Rockstar

Es de mi agrado expresar la ilusión con la que comienzo escribiendo por vez primera en este blog, si bien de alma amateur, suficientemente conocedor del mundo del videojuego y del sector lúdico en general, como para ser considerado una pequeña referencia dentro de ese microcosmos virtual conocido como bloggerismo.

Y como no podía ser de otra manera, a propósito de este estreno -el mío-, la primera de mis entradas versará sobre la gran R -por si alguien aún anda perdido pese haber leído la rúbrica del post, subrayaré que por supuesto, se trata de la gran R de Rockstar-, compañía que personalmente más me ha hecho disfrutar delante de una pantalla. Pero trato de soslayar incurrir en un juicio de valor subjetivo sobre mis preferencias hacia la empresa de los hermanos Houser, puesto que pese a ser este un artículo de opinión, y por ello legítimamente relativo, no se podrá discutir que lo que a continuación voy a exponer, se trata de un hecho objetivo a todas luces.


Desde los últimos años Rockstar nos ha ofrecido joyas del tamaño de la saga GTA -su gran blasón-, Red Read Redemption, el excepcional e inimitable L.A Noire, y el más reciente pero no por ello menos brillante Max Payne 3. Y precisamente estos tres últimos títulos son los que dan motivo a este artículo, y a este a priori extraño título, "el síndrome Rockstar". Pero -se preguntará alguno- ¿acaso la gran R lleva aparejada alguna clase de enfermedad, algun mal o vicio que se contraiga tras jugar a sus juegos? La respuesta es ambigua. No, porque desde luego nada malo se puede deducir de las bondades de sus juegos. Si, porque tales son las bondades de estos, que empañan nuestro juicio sobre otros títulos ajenos a la compañia. Me explico. En concreto -pudiendo usar muchos más ejemplos, pero limitándonos a los tres anteriormente enunciados con objeto de no resultar prolijos en la explicación-, las últimas entregas de Rockstar se han caracterizado por escoger un aspecto tecnológico determinado y llevarlo su máximo exponente. Es decir, seleccionar algun detalle que en otras circunstancias resultaría accesorio o sencillamente ornamental, y transformarlo en una parte viva del juego mismo, dotarle de protagonismo propio a través de un esfuerzo pormenorizado sobre el mismo.

De esta manera, en Red Dead Redemption nuestros rostros se quedaban desencajados al deleitarnos con los formidables paisajes que ofrecía ese oeste crepuscular que recorría el ya inmortal John Marston, sin olvidar el deleite que suponían las transiciones entre el día y la noche o los ciclos climatológicos de los que hacía gala el programa, detalles que en fin, en principio pueden resultar secundarios, pero que conjuntamente conformaban un espectaculo apabullante.

En L.A Noire Rockstar fue un paso más allá, y si bien en este caso el equipo de programación pertenecía a la australiana -y recientemente desmantelada- Team Bondi, lo cierto esque no podemos dejar de adjudicar este prodigio a los chicos de la gran R. El uso del motion engine para capturar de un modo desconocido hasta entonces todos los gestos de los protagonistas, fue, sin lugar a duda, una de más grandes revoluciones que vivimos en 2011, cuando, enfundados en la piel del enigmático Cole Phelps -gracias también a la magnífica interpretación que Aaron Staton cedió para ello-, tuvimos que estrujarnos la sesera en más de una ocasión para ver si el tipo que interrogábamos era o no un pedófilo sin escrúpulos o un abyecto asesino.

Para Max Payne 3 Rockstar tenía muy presente que debía implementar el extraordinario motor gráfico RAGE -de marca propia- y del motor de físicas Euphoria para llevar el concepto de shooter en tercera persona al paroxismo del detalle y la calidad. Ambos motores, que ya habían sido empleados tanto en GTA IV como Red Read Redemption, conocieron aquí el más caprichoso de sus usos, dejandonos una vez más boquiabiertos ante las sobrecogedoras muertes que el juego mostraba a lo largo del violento periplo de autodestrucción y dolor que vive su protagonista durante el mismo.

Dicho esto, resulta ahora imposible no recordar juegos actuales con tales prodigios de la técnica. Podremos pasear por la vasta tierra de Skyrim y sus preciosos parajes, que, sin embargo, jamás captarán tanto nuestra atención como el árido desierto del Red Dead Redemption. Podremos disfrutar con las cuidadas escenas de Assassins Creed Revelations, que el grado de inmersión y de credibilidad nunca alcanzará las cotas impuestas por L.A Noire. Y por último, podremos matar enemigos en tantos juegos, y podremos gozar tanto de todas sus muertes, que empero nunca nos recrearemos tanto en ellas como lo hacíamos en Max Payne 3, donde cada óbito era casi una obra de arte.

No puedo evitar fruncir el ceño cuando, por ejemplo, en Uncharted 3, veo caer enemigos como androides entre gráficos tan exquisitos. Ese es el síndrome Rockstar. Si nunca hubiesemos jugado a sus juegos, la gran mayoría del resto nos parecerían aún mejores, porque por supuesto la calidad de los demás juegos no muere alli donde Rockstar no cobija, sin embargo, esa "enfermedad" siempre nos hará mirarlos diferentes, escépticos, como si el sabor que paladeasemos al jugarlos fuese agridulce.

La culpa no la tienen ellos, la tiene Rockstar por confeccionar tantas obras maestras. Pero ojalá que todas las penas y todas las enfermedades sean como la que la gran R nos ha contagiado.

Presentación Oficial de Nintendo en el E3

Sigue la presentación de Nintendo desde Lo Ángeles a las 18:00 horas (hora española) desde su página oficial


Sony Press Conference E3 2012

Esta madrugada podremos ver la conferencia de Sony en el E3 de Los Ángeles, donde se esperan entre 25 y 30 nuevos juegos y demos tanto para PS3 y PSVita, detalles de nuevas actualizaciones de PlayStation Plus y otras sorpresas, entre ellas, puede que se deje ver algo sobre una posible PS4.

Recordando a San Andreas

Hace no mucho, meses atrás, podíamos ver lo que es la primera toma de contacto con un nuevo episodio de la saga Grand Thief Auto.

Como muchos sabréis, se trata de GTA V que tomará el relevo de GTA IV, el cual, a mi parecer, dejó mucho que desear, pero no porque el juego en sí fuera malo, sino porque su antecesor, el GTA San Andreas, dejó el listón tan alto, que cualquier otro Grand Thief Auto se verá como un “juegucho” sin más. Y es así, GTA San Andreas, al menos para mí, marcó un antes y un después en el mundo de los videojuegos, tanto es así, que desde la salida del videojuego de Rockstar, muchas de las otras compañías consoleras, tomaron como ejemplo la base del GTA, para llevar a cabo los suyos propios. Es más, cada vez que veías el tráiler de un juego estilo Saints Row, siempre te venía a la cabeza el estilo de San Andreas, y como éste otros muchos más, como por ejemplo “El Padrino”.

De ahí el título de mi entrada de hoy. Ya sé que hace meses que salió a la luz aquel tráiler, que misteriosamente guardaba muchos parecidos con el San Andreas, pero no pude evitar pensar en ello hace pocos días, cuando hablando con un colega jugón, empezamos a rememorar viejos tiempos, y llegamos a la conclusión de que era un auténtico juegazo.

Lo tenía todo o casi todo, es decir, total libertad para hacer lo que se te antojase. Que querías irte a un burguer a comer unas cuantas calorías, tranquilo, a la vuelta de la esquina, siempre mirando el mapa, inmenso por otro lado, tienes un Burger Shot con varios menús a tu disposición. Te apetece quizá algo de pollo, el Chuckin Bell es tu casa.  Seguramente, después de comer tanta grasa, quieras quemar esos kilillos de más en algún sitio; no te preocupes, el gimnasio de cada barrio está totalmente abierto para ti. Bueno he de decir, que el tema del gimnasio me encantaba. Empecé el juego y, puesto que ya lo había probado en casa de un amigo, lo primero que hice fue irme al gimnasio, y hasta que no conseguí tener a mi “nigga” como una auténtica mole, no lo saqué de ahí.

En fin, y qué decir de los locales, las tiendas de ropa, de armas, los garajes, los tuneos de los coches, y sobre todo lo más importante, la historia. Una historia con una trama que te enganchaba de principio a fin, algo que eché mucho en falta en el último GTA de Rockstar. Bueno eso, y el tamaño del mapa que en el San Andreas era enorme.

Con todo esto, aparte de recordar esas cosas, y me dejo muchas otras más en el tintero, quiero decir que mucho  tendrán que trabajar los de Rockstar para que el GTA V cumpla unas expectativas que, después del tráiler, indican que promete ser un juego a lo San Andreas, con unos gráficos a la altura del momento y con un modo online que, en el San Andreas no era muy necesario, pero que hoy en día es una pata muy importante en cualquier videojuego que se precie, y sobre todo que quiera mantenerse durante un periodo de tiempo largo, al menos, hasta que salga a la luz otro GTA.

Espero que no tarde demasiado en salir, mientras tanto ahorraré algo de pasta para poder agenciarme el Max Payne 3, otro juegazo a la altura de los que desarrolla Rockstar.